Nada es como antes, menos en las cosas que se comen actualmente. Un perdido en el tiempo es el osobuco. Tanto será que lo vi en una foto en un boliche de comida indu que pase el otro día.
Para no ser menos en el restaurant Scuadrito del barrio Lastarria, en el centro de Santiago, pedi un risoto que no estaba disponible. Así que opte por el osobuco con callampas, una salsa de vino acompañado de ñoquis salteados. Un plato respetable pero que viene mejor en invierno con una buena copa de vino tinto. A pesar que es de muy buena factura en términos de preparación, no alcanza a empatar al osobuco con ñoquis del Liguria.
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